Ocio en casa
Ideas para fomentar la lectura

Trabajar por el fomento de la lectura en edades tempranas, un regalo para toda la vida

fomentar la lectura en edades tempranas
Leerles cuentos a diario es una excelente forma de fomentar la lectura en edades tempranas
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 29.11.21

Hay muchísimas propuestas educativas o lúdicas con las que los adultos tratamos de ampliar el mundo de los más pequeños. Y es positivo para ellos, no cabe duda. Pero si hay algo que les beneficia ahora, y que seguirá haciéndolo durante toda su vida si conseguimos que germine en ellos la pasión por los libros, es fomentar la lectura en edades tempranas desde todos los frentes posibles.

Una enorme oferta de estímulos interesantes

En la edad adulta tenemos la posibilidad de disfrutar de hobbies de todo tipo. Esos que buscamos para que nos llenen, nos hagan pasar un buen rato o nos relajen sin más. Deporte, cine, baile, paseos por el campo y un sinfín de actividades que nos hacen felices y en las que invertimos nuestro tiempo más valioso: nuestro tiempo libre.

En los primeros años de nuestra vida la elección de las aficiones es algo más dinámico. Se trata de un proceso ‘en constante cambio’: teatro, kárate, baloncesto, alfarería, natación, pintura y otras muchas opciones. Probamos y probamos diferentes cosas hasta que vamos descartando y eligiendo las que en ese momento más nos emocionan. Es importante crear experiencias que luego nos ayuden a conocer y reforzar tanto nuestras habilidades como nuestros gustos.

Las infinitas vivencias que les ofrecen los libros

Pero en estas edades más tempranas, lo que apreciamos se va definiendo poco a poco. Por eso es importantísimo tener claro que, por encima de cualquiera de estos hobbies tan dispersos, por encima incluso de esas listas de actividades extraescolares que nos ofertan para tener la oportunidad de experimentar, hay una que engloba a todas ellas: la lectura.

Podemos navegar por mares lejanos sin estar apuntados a clases de vela y tocar el piano en escenarios aplaudidos por un público entregado cuando nuestros pies aún cuelgan del taburete del pianista. Podemos admirar los paisajes salvajes más recónditos sin necesidad de tener pasaporte. Y podemos, en definitiva, alcanzar casi casi cualquier sueño simplemente abriendo un libro y entregándonos al placer de la lectura.

Ese deseo insaciable de saber cosas nuevas, de experimentar, de conocer, de probar, es propio de las edades tempranas. Y, precisamente es el que empuja a los padres a proponer de forma incansable planes y situaciones que sacien esa sed interminable de aventuras. Momentos que sin duda se grabarán en la memoria de sus hijos en el apartado de ‘primeras veces’ y que tanto van a llenar su alma y su memoria para el recuerdo.

Ellos elegirán qué viaje quieren emprender

Pero siendo conscientes y honestos, los padres no pueden vivir con la presión constante de ser los únicos ‘presentadores’ en la vida de sus hijos. No deben pretender ser ellos los únicos que les sorprendan, les motiven y les muestren otras realidades y otras culturas. En ocasiones olvidamos que muchísimas experiencias y momentos únicos los podemos conseguir sencillamente sacando un ejemplar de la librería.

A esas primeras edades en las que ya han conseguido manejar con cierta soltura la impagable herramienta de la lectura, pueden convertirse ellos mismos en su ‘propia fábrica de experiencias’. Porque tendrán el poder de ir introduciéndose en realidades diferentes a las de su día a día. De entrar por primera vez, con un libro en la mano, en culturas distintas, en situaciones surrealistas o en aventuras inolvidables.

El valor de crear un ambiente propicio

¡Qué importante es que vayan acercándose solos a la literatura! Y, como todo lo que se instaura como hábito en la rutina de los más pequeños, la lectura también tiene su presentación, su entrada en su día a día, a través del ejemplo. Serán ellos quienes reproduzcan lo que vean en su entorno. Serán ellos quienes elijan un teléfono móvil antes que un libro si eso es lo que observan a su alrededor. Y serán ellos quienes prefieran sentarse delante de la televisión a ver programas que no les llenan, pero sí les mantienen entretenidos si eso es lo que sucede en su salón.

Proporcionar ambientes que favorezcan la lectura pasa por apagar dispositivos electrónicos, bajar el rimo de actividad y buscar cobijo en las páginas de un libro. Siempre, con total certeza, podremos encontrar en ellas aquello que buscábamos con anhelo: diversión, amor, aventuras, misterios, magia, amistad o cualquier otro asunto que nos envuelva.

Deben tener a su alcance libros distintos —de imágenes al principio, historias sencillas para los primeros lectores, temas variados para los más avanzados— que les permitan estar rodeados de oportunidades de acceso a la lectura como placer.

Ser narradores convincentes, clave para fomentar la lectura en edades tempranas

Durante esos primeros años, incluso durante sus primeros meses, serán los adultos quienes consigan ofrecerles, envueltas en cariño y dulzura, las historias más divertidas de los libros de casa, disfrutándolas con ellos y sembrando la curiosidad más profunda para que, en cuanto tengan las herramientas necesarias, sean ellos mismos quienes se lancen a conocer lo que esas letras impresas guardan para ellos.

Ya desde mucho antes de la aparición del lenguaje, el niño está preparado para escuchar los cuentos leídos en voz alta. Al principio, apoyado en vistosas imágenes que le harán mucho más fácil centrar su atención. Después, poco a poco, a medida que vaya creciendo, las ilustraciones se irán simplificando hasta desaparecer para que sea su propia imaginación la que dibuje la escena de lo que está leyendo, poniendo la importancia que él considere en cada uno de los detalles. Porque está claro que hay tantos Robinsones como lectores ha tenido la novela, o tantas Jane Eyres como mentes imaginando su historia.

¡Qué maravillosa oportunidad de vivir podemos proporcionarles a los más pequeños con la lectura! Ojalá sean ellos quienes decidan emprender este camino de imaginación, diversión y disfrute, que el gusto por los libros les ayude a crecer, a tener una amplitud de miras que les aporte conocimiento, tolerancia y curiosidad por conocer nuevas realidades.

Rosa Verdasco Montejo
Micos Mi primer cole
Centro de Educación Infantil asociado a ACADE