Desarrollar la psicomotricidad infantil desde varios frentes tiene muchas ventajas. Y es que el contacto directo con diferentes ‘terrenos de juego’ en los primeros años no solo sirve para fomentar el desarrollo cognitivo. También para que los niños y niñas identifiquen y sientan estímulos múltiples que les permitan descubrir por sí mismos qué disfrutan más, dónde se encuentran más cómodos y qué les genera una mayor sensación de reto en ellos.
Por eso, es tan interesante que experimenten el movimiento en el agua y en la tierra, con juegos en interiores (en casa, en escuelas infantiles y salas de juego o de actividades), en ciudades y pueblos (parques y calles) y en la naturaleza (campo, monte y bosque). Desde Decathlon proporcionan las mejores alternativas para desarrollar la psicomotricidad.
1. Psicomotricidad en el agua
Para poder desarrollar capacidades en el agua, se puede optar por los juegos o por la iniciación a la natación. Ambas propuestas les aportarán la seguridad que necesitan y ayudarán a los más pequeños, siempre que adecuemos la actividad a su nivel, su necesidad y su apetencia.
La gran diferencia de este medio es que, cuando te mueves en él, careces del peso corporal y hay un cambio completo de la gravedad, por lo que la psicomotricidad del niño debe adaptarse al cien por cien a este medio frente a lo que estaba acostumbrado.
El elemento lúdico es muy importante y lo cierto es que el mero hecho de estar en el agua ya despierta la sensación de juego. Pero el principal aspecto en el que debemos centrarnos es la seguridad, por lo que hay que dotar al niño o la niña de flotabilidad para que pueda adaptarse al medio.