El verano es el gran momento para disfrutar de la piscina y, por supuesto, también de la playa. Y qué mejor que hacerlo con la seguridad de saber que podemos tener a nuestro alcance todo lo necesario para que nuestros hijos e hijas ganen confianza en el agua. Sabemos que iniciarse en las actividades acuáticas en edades tempranas ayuda al desarrollo psicomotor del bebé y que aprender a nadar jugando es mucho más fácil.
Por eso, desde Decathlon nos plantean aquí una serie de preguntas clave, a las que dan respuesta para explicar con detalle por qué es tan importante la estimulación temprana en el medio acuático y cómo debe llevarse a cabo. También nos ofrecen consejos útiles para las posteriores etapas de crecimiento y para que tanto tú como tus hijos pequeños podáis aprovechar a tope, y con tranquilidad, las bondades del agua y del sol durante el verano.
¿Qué supone el ‘aqualearning’ para los más pequeños?
Conviene que, a partir de los 6 meses, el bebé comience a descubrir el agua, ya que es una iniciación muy importante para su desarrollo. Eso sí, se debe hacer de la manera más natural posible, tanto para él como para los padres. En esta fase es recomendable el uso de flotadores infantiles, más específicamente, del flotador antivuelco, ya sea de los modelos que cuentan con asiento de tela —para que sea más cómo para el bebé— como de aquellos que tienen una rejilla para hacer más paulatino el contacto con el agua.
La primera norma es aportar al pequeño una total seguridad, sin forzarlo, ya que esta va a ser su primera experiencia con la natación y buscamos generar esa apetencia por el medio. Para ello, es fundamental que el material que se utilice sea el adecuado, tanto por sus características como por su tamaño.
