Si hay algo que caracteriza al mes de septiembre es el inicio de curso. Retomar la rutina es algo agradable para los menores, en general, porque vuelven a ver a sus amigos, se inicia una nueva etapa de aprendizaje, se conoce a nuevos compañeros y todo vuelve a la “normalidad”. No obstante, hay un porcentaje, nada desdeñable, para los que supone un momento difícil de digerir. Se trata de los niños enuréticos, es decir, esos niños de más de 5 años que todavía siguen mojando la cama.
Según los expertos, la enuresis, la pérdida involuntaria de orina, sin despertar, pasados los 5 años, afecta a 10 de cada 100 niños de 5 años, a 5 de cada 100 de 10 años y en torno a 3 de cada 100 adolescentes. Incluso se sabe que, en torno al 1 % de los adultos en nuestro país, siguen orinándose en la cama.
¿A qué se debe?, ¿tiene consecuencias?
Afortunadamente, son ya muy pocos los padres que consideran que su hijo se hace pis en la cama por vaguería.
La enuresis responde, en la mayoría de los casos, a un fallo en el mecanismo del despertar, es decir, estas personas no se despiertan cuando su vejiga está llena. También responde a la inestabilidad vesical, que genera contracciones involuntarias del músculo detrusor. Por último, y no por ello menos importante, puede deberse también a una alteración del ciclo circadiano de la hormona antidiurética, lo que quiere decir que no se reduce la cantidad de orina que el cuerpo produce por la noche y se sigue produciendo la misma cantidad de pis que durante el día originándose los escapes. Además, enfermedades como la diabetes, TDHA, el estreñimiento, infecciones o malformaciones del aparato urinario, entre otras, están ligadas a la enuresis.