Aunque hoy en día solo se suele hablar de la ansiedad en los adultos o incluso de la padecida por los niños en edad escolar, este sentimiento de tensión física y emocional también puede darse durante los primeros meses de vida. De hecho, el estrés en bebés no representa un fenómeno extraño y puntual. Pero, ¿cuáles son las principales señales que podrían indicar su existencia y qué herramientas tenemos los padres para mitigarlo?
Signos indicativos de la existencia de estrés en bebés
Antes de nada, cabe recalcar que las emociones de carácter negativo, las frustraciones y las contrariedades son parte natural de la vida. Por supuesto, nos referimos a situaciones que puedan generar angustia de forma aguda y momentánea, no a aquellas derivadas de la exposición a experiencias traumáticas, que pueden permanecer a largo plazo en los afectados.
Dicho lo anterior, también conviene aclarar que no existe el manual definitivo para el cuidado de los recién nacidos. En ocasiones, se nos pueden escapar algunos aspectos clave relacionados con su crianza, más aún si se trata del primer hijo. Teniendo eso en cuenta, es posible establecer una serie de signos genéricos que podrían estar indicando la presencia de estrés en bebés.
1. El llanto
En primer lugar, como explican desde la Asociación Española de Pediatría, durante las primeras etapas de la vida, el llanto es la expresión emocional más común como respuesta a factores indeseados. Sin ir más lejos, los típicos lloros acontecidos nada más nacer, cuya función principal consiste en abrir los pulmones para iniciar la respiración, son también una respuesta a la tensión, concretamente a la padecida por el simple hecho de llegar al mundo.