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Salud Infantil

Picos de crecimiento en bebés: así aumenta de peso en su primer año de vida

picos de crecimiento del bebé
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 25.04.24

Desde su nacimiento y hasta su primer año de vida, el bebé no crece de manera continua, constante y uniforme, sino que lo hace mediante ‘estirones’ que duran entre siete y diez días en los que aumenta significativamente de peso y talla. Durante los picos de crecimiento se produce una mayor demanda de alimento, pues el organismo requiere más cantidad de calorías y nutrientes para poder desarrollarse. Por eso, es normal que la rutina de alimentación cambie, y en caso de ser amamantado será necesario un ajuste en las tomas y un periodo de entre dos y cuatro días para que madre e hijo se adapten a la nueva etapa.

Comprobar cómo aquel recién nacido de apenas 3 kilos llega a triplicar su peso en tan solo un año es algo realmente fascinante. Se trata de una de las evoluciones más increíbles que va a experimentar el bebé, y así es cómo se produce.

¿En qué momento se producen los picos de crecimiento en bebés?

En primer lugar, es importante mencionar que cada bebé sigue su propio ritmo de crecimiento, por eso, aunque a continuación demos algunos datos generales de la evolución del niño en su primer año, siempre debes atender al seguimiento personalizado que haga su pediatra, pues es quien mejor conoce a tu hijo, sus necesidades específicas y su fisiología.

Por otro lado, si bien existen unas curvas de crecimiento de la Organización Mundial de la Salud que pueden servirnos de guía para medir el desarrollo óptimo del niño, hay que tener en cuenta el tipo de alimentación, puesto que los que toman biberón suelen engordar más rápido que los de pecho.

brotes de crecimiento en el bebé
El peso del recién nacido se triplica a los doce meses | Fuente: Canva

Primera semana de vida

El peso estándar de un recién nacido a término oscila entre los 2,5 y los 4 kilos. Los tres primeros días tras el nacimiento, es normal que pierda entre el 5 % y el 10 % de su peso debido a la expulsión de orina y meconio acumulados durante la gestación. Pero, a partir del cuarto día, debería comenzar a ganar hasta alcanzar su peso de nacimiento en torno a la primera semana de vida. De hecho, es precisamente entre el séptimo y el décimo día cuando se produce el primer pico de crecimiento del lactante.

Si está siendo amamantado, la leche materna sufrirá una transformación, y su composición y cantidad se ajustarán a las nuevas demandas.

Tres y seis semanas

En torno a los 21 días de vida se produce un nuevo pico de crecimiento que se repetirá a las seis semanas. Durante este periodo, el bebé ganará, en promedio, unos 140 gramos semanales, según datos de la Asociación Española de Pediatría. No obstante, si la lactancia se ha instaurado correctamente y muestra signos de buena salud (buen aspecto general, frecuencia adecuada de orina y heces, entre otros indicadores), no hay motivo para preocuparse por el peso, pues cada uno seguirá su propia curva.

Tres meses

El siguiente estirón en el desarrollo suele producirse alrededor de los tres meses, con un aumento de peso de entre 100 y 200 gramos semanales. Muchos bebés amamantados duplican su peso del nacimiento entre el cuarto y sexto mes.

Seis meses

Entre los cuatro y los seis meses, el niño gana entre 80 y 150 gramos semanales, y aumenta una media de 2,5 centímetros por mes desde su nacimiento. Hasta este momento, su alimentación se debe haber basado exclusivamente en leche, ya sea materna, de fórmula o mixta. Pero a partir de los seis meses, se debe iniciar la alimentación complementaria siguiendo las pautas del pediatra.

crecimiento del bebé y alimentación complementaria
A partir de los seis meses comienza la alimentación complementaria | Fuente: Canva

Entre los seis y los doce meses

A partir de los seis meses, el aumento de peso es menos pronunciado, con una ganancia de entre 40 y 80 gramos semanales, según la AEP, y un crecimiento de 1,27 centímetros al mes. Durante el último trimestre antes de cumplir su primer año, se espera que el bebé aumente entre 200 y 300 gramos mensuales, y haya triplicado su peso de nacimiento al cumplir los doce meses. Aunque se haya comenzado con la alimentación complementaria, la leche debe seguir siendo la base de su dieta, y en caso de recibir lactancia materna esta tiene que continuar siendo a demanda.

4 Señales de que tu bebé está dando un ‘estirón’

Hay cuatro señales inequívocas que indicarían que tu hijo o hija está creciendo:

1. Aumento del apetito

Durante el estirón, es común que el bebé tenga mayor apetito y demande alimentación con más frecuencia de lo habitual. Podría mostrar un repentino gran interés por el pecho o el biberón, manifestar con más frecuencia los signos de hambre o comer con ansia y en mayor cantidad.

Es importante que su alimentación sea a demanda, tanto si le estás dando fórmula, como lactancia materna, y no debes introducir antes de tiempo ningún alimento sin haberlo consultado con el pediatra.

2. Irritabilidad o inquietud

Es frecuente que se muestre más inquieto o irritable durante un pico de crecimiento. Quizá llore más de lo normal o esté nervioso, incluso después de haberlo alimentado. Muchas madres que dan el pecho interpretan estos signos como algo negativo, y llegan a creer que no tienen leche o que la cantidad que producen no es suficiente. Por eso, para evitar una crisis de confianza y el abandono temprano de la lactancia, es muy positivo acudir a un profesional que te asesore o comentar tus dudas en un grupo de crianza.

3. Mayor actividad

crecimiento del bebé en el primer año
Si está sano, activo y curioso, se está desarrollando correctamente | Fuente: Canva

A medida que el bebé va creciendo, también lo hace su nivel de actividad. Podrías observar que se mueve más, tanto despierto como durante el sueño, y que parece mostrar más atención y curiosidad por su entorno.

4. Cambios en los patrones de sueño

Por último, es frecuente que este tipo de episodios también vayan acompañados de cambios en los patrones de sueño. Podrían despertarse más veces durante la noche, tardar más en dormir o dormir menos horas. Por lo general, este tipo de comportamiento es pasajero y, en unos días, su rutina de sueño volverá a estabilizarse.