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Salud Infantil

La intervención del logopeda fomenta la lactancia materna cuando existen dificultades en la alimentación del bebé

Logopeda en lactancia materna
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 04.08.22

La leche materna es el mejor alimento para un bebé hasta los seis meses de vida, cuando se inicia la alimentación complementaria. La Organización Mundial de la Salud (OMS) la recomienda como modo exclusivo de alimentación esos seis primeros meses, y hasta los 2 años, como mínimo, complementada adecuadamente con otros alimentos.

Por eso, los profesionales sanitarios acompañan a las familias en este proceso, las asesoran y contribuyen en lo posible a que se pueda llevar a cabo de manera adecuada, si así se desea. Los logopedas forman parte de estos equipos de profesionales, sobre todo en casos complicados, cuando existen dificultades para la succión o disfagia (problemas para tragar). Así lo explica Belén Ordoñez, logopeda especialista en disfagia neonatal y pediátrica y miembro del Colegio Profesional de Logopedas de la Comunidad de Madrid (CPLCM): “Como profesionales de la salud en el campo de la alimentación y disfagia en general, y en el ámbito pediátrico-neonatal en particular, nuestro deber es fomentar la lactancia materna. La lactancia se hace posible gracias a la diada pecho-boca, de ahí la importancia de la figura del logopeda de realizar un adecuado seguimiento del neonato, desde el nacimiento hasta la estabilización de la alimentación oral. De este modo, en el caso de presentar dificultades, se detectarán en sus primeros signos de alarma, y se reconducirán gracias a la intervención logopédica”. 

Las alteraciones en la alimentación neonatal y en el establecimiento de la lactancia son mucho más frecuentes de lo que pensamos, ya sea en un bebé sano, prematuro o patológico. Un agarre inadecuado se traduce en dolor, mastitis por mal vaciado del pecho, pezones deformados tras la toma, grietas y lesiones, lo que puede derivar en un abandono de la lactancia si no se encauza la situación. Por eso, es importante poner especial atención en el desarrollo orofacial del bebé, tanto a nivel anatómico como funcional.

Belén Ordoñez advierte que es recomendable visitar al logopeda cuando no se observa una ganancia de peso adecuada; tienen lugar ruidos orales durante la lactancia; se producen tomas prolongadas en exceso, que no sacian lo suficiente; existen atragantamientos o toses; o se dan movimientos anómalos de la lengua o la mandíbula. Todo esto son síntomas que pueden estar escondiendo un patrón de succión no efectivo.

Según sea el caso, los logopedas se encargarán de corregir las alteraciones orales que estén afectando al niño en su proceso de alimentación, bien por ser un bebé a término con dificultades, bien por ser un recién nacido prematuro o con alguna patología que le impida la alimentación oral y se vea abocado al uso de dispositivos externos de alimentación.

En cualquier caso, según reconoce la logopeda del CPLCM, “con un seguimiento y tratamiento precoz, se favorecerá el correcto establecimiento de la lactancia directa a pecho, diferida en una lactancia mixta o artificial, si la situación lo requiere. Todo esto en estrecha colaboración con el resto del equipo multidisciplinar que atiende al neonato”.