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Psicología y salud mental

Qué hacer si mis suegros no me quieren: 10 consejos prácticos

Mis suegros no me quieren
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 28.04.22

Para muchos es una pesadilla, una carga que deben sobrellevar en sus vidas. “¡Mis suegros no me quieren!” es una frase que hemos escuchado más de una vez. Es algo que siempre ha ocurrido y que, muy probablemente, seguirá sucediendo. Aunque en muchos otros casos reina la armonía. Desde luego, si los padres de tu pareja te aprecian, puedes sentirte afortunado, o afortunada, especialmente si son los abuelos de tus hijos.

Cuando la relación con los progenitores de tu cónyuge es complicada, e incluso tóxica, se pasa mal. Pero es una situación que se puede revertir o, al menos, hacer más llevadera.

Primero, recuerda que ellos tienen una gran responsabilidad en la persona en la que se ha convertido tu marido o tu mujer. Solo por eso tienes mucho que agradecerle.

Quizás creas que te odian y no quieren saber nada de ti, pero en la mayoría de los casos no es tan grave. Muchas veces simplemente ese rechazo que percibes nace de una mezcla de orgullo, celos y temor de que ‘suplantes’ su lugar. En fin, las relaciones interpersonales son complicadas y siempre lo serán.

¿Cómo lidiar con esto?

Si estás pasando por esta incómoda situación y sientes que tienes al ‘enemigo’ en tu nueva familia, aquí te dejamos algunos consejos que te ayudarán a sobrellevar el conflicto y salir airoso:

1. No presiones a tu pareja

Ante todo, ten en cuenta que para tu cónyuge tampoco es fácil ver que no os lleváis bien. Por eso nunca le des un ultimátum para que demuestre su lealtad hacia ti, si esto significa enfrentarse a su familia. Es una respuesta con la que todos pierden (y podrías ser tú quien se lleve la peor parte).

2. No involucres a tu madre ni a tu padre

Un grave error que muchos cometen es implicar a su madre o a su padre en sus problemas con sus suegros. Conviene solucionar estos inconvenientes dentro del matrimonio, sin hacer intervenir a otras personas.

Se debe evitar por una razón muy sencilla: tus padres te quieren como nadie en el mundo y no les gustará saber que alguien te rechaza o no te quiere. Si les pides que te ayuden a resolver este problema, lo más probable es que desarrollen un sentimiento de rabia o rencor hacia tus suegros. Esto, obviamente, complicaría el escenario mucho más.

Las relaciones con los suegros
Tratar de hablar con calma y de asuntos que interesen a ambas partes siempre ayuda | Fuente: Canva

3. Conócelos mejor

Si simplemente rompes la barrera que los hace mantenerse escépticos sobre tu persona, entonces podrás descubrir que estar cerca de ellos es mucho más tolerable.

Quizá no sepas mucho sobre sus gustos e intereses, así que aprovecha la oportunidad de pasar tiempo de calidad a su lado para que te hagan preguntas y conocerlos un poco mejor. Es posible que descubras que te agradan más de lo que pensabas.

4. Establece límites

Es natural, saludable e importante definir límites con tus suegros (y también con tus propios progenitores). Todos deben ser conscientes de tus decisiones y respetarlas, especialmente si se comportan como abuelos entrometidos. Cuando las reglas están claras, se evitan muchos conflictos.

Puedes propiciar una reunión familiar para hablar sobre el tema. Anímalos a ser honestos sobre sus sentimientos, ya que de esa manera sentirán que están contribuyendo con esas reglas y estarán más dispuestos a cumplirlas.

5. Restringe el tiempo que pasáis juntos

Si los conflictos son constantes, es posible que debas limitar las visitas o salidas juntos. Podrías organizar una cena en un restaurante para compartir un momento agradable, pero después os marcháis cada uno a vuestra casa. De esta manera no te estarás alejando completamente, pero tampoco los tendrás junto a ti en todo momento.

Reunión con los suegros
Si los ves de forma esporádica, la relación con tus suegros podría mejorar | Fuente: Canva

6. Conviértelos en tus socios

Pueden ser tus enemigos o tus mejores aliados, eso podría depender del esfuerzo que pongas en cultivar la relación. Aunque seáis diferentes y tengáis personalidades diversas e incluso opuestas, existe algo que os une: todos deseáis lo mejor para la pareja y los niños, en caso de tenerlos.

Cuando converséis, intenta ser empático —no adulador— y mencionar esos aspectos que os interesan a ambas partes; por ejemplo, cómo apoyar a tu pareja en sus desafíos diarios o qué hacer para ayudar a los niños con algún problema que les haya surgido.

7. Respeta sus costumbres 

Jamás debes faltar el respeto a tu nueva familia ignorando sus tradiciones. Si prestas atención a sus costumbres y muestras interés en honrarlas, seguramente darás una impresión positiva.

8. Evita hacer suposiciones

Asegúrate de dejar claras tus convicciones y respeta las emociones de los demás, pero es importante que recuerdes esto: trata de tomar los comentarios que te hagan ‘con pinzas’ y no como algo personal. En última instancia, no son tus padres ni tampoco ocupan el lugar de tu pareja, por lo que a veces es más fácil dejar que digan lo que quieran y seguir adelante sin discutir.

9. Habla honestamente con tu cónyuge

Tomarte un tiempo para hablar y discutir con calma sobre esta situación te ayudará a sacar las frustraciones que puedas tener dentro. Es mejor expresarte que reprimir tus sentimientos, especialmente cuando se trata de los conflictos familiares.

Si no abordáis esta circunstancia cuanto antes, las cosas podrían explotar de una forma peor. De esta manera, los pequeños desacuerdos pueden convertirse en grandes y desagradables. Así que habla, ríete y déjalo correr para que puedas seguir adelante con tu vida.

Si te esfuerzas, puedes ganarte el cariño de tus suegros
Las festividades especiales son tiempos propicios para compartir con tus suegros | Fuente: Canva

10. Intenta ser agradable y educado

Ser cortés, amable y tolerante te ayudará a crear un vínculo más estrecho con las personas. Puede que no siempre te guste estar al lado de tus suegros (probablemente, a veces a ellos tampoco les apetezca estar cerca de ti), pero es algo que todos tenemos que hacer, así que trata de sacar lo mejor de ti por tu bien y el de tu compañero o compañera.

Sin embargo, procura no caer en la adulación o la amabilidad sobreactuada, ya que esto no le agrada a nadie y, definitivamente, no te ayudará.

La clave está en mantener un equilibrio entre la firmeza, el respeto y la cordialidad. A todos nos gusta cuando alguien se muestra seguro de sí mismo, sin caer en la arrogancia.

Ten en cuenta que siempre deberás lidiar con el padre y la madre de tu pareja. Por eso lo mejor es intentar resolver cualquier diferencia a tiempo, siempre que sea posible y ambas partes estéis dispuestas a mejorar.