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Psicología y salud mental

Generación sándwich: quiénes pertenecen a este grupo y cómo controlar el estrés de su día a día

Problemas de la generación sándwich
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 12.12.23

Si estás entre los 35 y 55 años, tus padres, por su avanzada edad, necesitan cuidados y tienes hijos menores de edad, perteneces a la conocida como generación sándwich. Y si, además, debes cumplir con una jornada laboral y encontrar tiempo, fuera de ella, para atender y ayudar a tus familiares, es probable que tu fatiga mental haya alcanzado niveles preocupantes o esté cerca de hacerlo.

Quizá no te sirva de consuelo, pero lo cierto es que hay muchas más personas en tu situación. Y es que, teniendo en cuenta que la edad media en que llega al mundo nuestro primer bebé no deja de aumentar, resulta inevitable que el número de los integrantes de este colectivo continúe aumentando. En España, rondó los 32 años en 2022, en el caso de las mujeres, pero en el de los hombres ese momento llega aún más tarde.

La evolución del concepto desde su aparición

Cuando la trabajadora social Dorothy Miller y la socióloga y gerontóloga Elaine Brody acuñaron, en 1981, el concepto de ‘generación sándwich’, se referían a una realidad algo diferente. Concretamente, a mujeres con edades comprendidas entre los 30 y 40 que alternaban la obligación de cuidar a sus hijos con la de atender a sus padres.

Aunque no se puede afirmar que hayamos superado por completo la estructura familiar propia de la unidad patriarcal tradicional, hoy en día las cosas son ligeramente distintas. En la actualidad, la expresión también puede englobar a varones atrapados entre esa doble responsabilidad, aunque es innegable que los componentes de este grupo siguen siendo, en su mayoría, del género femenino.

Estrés acumulado por la generación sándwich
El agotamiento mental, uno de los principales problemas de la generación sándwich | Fuente: Canva

A qué amenazas se enfrentan estas personas

Como adelantábamos, el cansancio mental extremo representa el principal riesgo para las personas que integran este creciente grupo. Así lo reafirman estudios como el titulado Mayor riesgo de agotamiento médico para las madres en la ‘generación sándwich’, llevado a cabo por la Asociación Americana de Médicos. En él, se achaca el fenómeno a la confusión de roles como cuidadores, al establecimiento de unas expectativas personales poco realistas y a la aparición de problemas relacionados con el autocontrol.

Otra investigación, publicada en la revista Journal of the American Geriatrics Society, cuantifica las diferencias entre los integrantes de la generación sándwich y aquellos que únicamente están al cuidado de un adulto mayor de 65 años. Los primeros son el doble de propensos a padecer dificultades económicas y, por otro lado, tienen más probabilidades de experimentar algún tipo de inestabilidad emocional.

Consejos para sobrellevar el estrés del día a día

Además de autogestionar la situación de la mejor manera posible, es imprescindible que la generación sándwich reciba un apoyo externo que alivie el frenético ritmo cotidiano al que se enfrenta. Para contribuir a dicho desahogo, las autoridades públicas deberían reforzar los sistemas de apoyo, y las empresas, flexibilizar aún más sus condiciones de trabajo.

En cuanto a la dimensión individual, hay que tener presente que cumplir con unos cometidos diarios tan exigentes y tener una existencia tranquila no es, ni mucho menos, fácil. No obstante, es importante partir de un propósito esencial desde el que mejorar las cosas. Y ese no es otro que situar las necesidades básicas propias por encima de todo lo demás.

Cuidar de uno mismo
Para estar en condiciones de cuidar de los demás, es importante cuidar de uno mismo | Fuente: Canva

Un planteamiento que no tiene nada que ver con el egoísmo, sino con la conservación de un estado físico y mental aceptable desde el que poder atender convenientemente a los familiares en cuestión. Para conseguirlo, las siguientes recomendaciones pueden resultar de gran ayuda:

1. Identificar los focos de ansiedad

En primer lugar, resulta esencial detectar cuáles son las personas y las situaciones que más ansiedad generan. De no hacerlo, será muy difícil avanzar hasta los siguientes pasos y lograr cierta armonía para que el día a día se convierta en un proceso más llevadero.

2. Organizar las tareas

La siguiente fase consiste en organizar las labores cotidianas, otorgando preferencia a las más imprescindibles. Las que no requieran tanta urgencia pueden delegarse en otros familiares o amigos cercanos y, en caso de que no sea factible, no quedará otra que posponerlas.

3. Encontrar tiempo para liberar el estrés

Es conveniente reservar en cada jornada un rato para desconectar. Durante ese periodo de tiempo, sería ideal sumergirse en iniciativas que alivien el estrés, ya sea hacer algo de ejercicio físico, dar un paseo, leer o, entre otras muchas posibilidades, sencillamente relajarse.

4. Pedir ayuda si es necesario

Por último, siempre que las personas cercanas ofrezcan su ayuda, es recomendable aceptarla y descargarse de algunas obligaciones. Pero, sobre todo, cuando la saturación de tareas comience a desatar la angustia y la impotencia, puede haber llegado el momento de acudir en busca de atención profesional.