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Psicología y salud mental

Los delitos sexuales en menores aumentan en España, ¿qué podemos hacer?

Delitos sexuales
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
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Fecha de actualización: 04.10.19

Los datos aportados en 2018 por la Fiscalía General del Estado respecto a los delitos sexuales son contundentes. El número de procedimientos abiertos a menores por agresiones de este tipo ascendió, el año pasado, un 43% con respecto a los de 2017. Una inquietante realidad que hace que nos preguntemos en qué nos estamos equivocando y de qué formas podríamos reconducir esta deriva. Pero, mientras eso ocurre, los padres necesitamos mantenernos informados y saber cómo actuar ante cualquier situación de vulnerabilidad que afecte a nuestros hijos.

Para conseguir ambos propósitos, hemos recurrido a una de las especialistas con más experiencia, a nivel nacional, tanto en la prevención de los delitos sexuales en menores como en la rehabilitación de quienes los sufren. La psicóloga Margarita García Marqués, fundadora de la Asociación para la Sanación y Prevención de los Abusos Sexuales en la Infancia (ASPASI), nos contará qué podemos hacer para mejorar las cosas y nos indicará los pasos que, en caso de detectar cualquier conducta sospechosa, deberíamos seguir.

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Margarita García Marqués, impartiendo una charla sobre la prevención de este tipo de delitos | Fuente: ASPASI

El perfil de la víctima

Antes de buscar respuestas, nos detendremos a analizar, más al detalle, los perfiles de la víctima y de los presuntos agresores, así como la relación que suele existir entre ambos. En este caso, tomaremos como referencia los últimos datos facilitados por el Ministerio del Interior, correspondientes a 2017, que contabilizan las detenciones e investigaciones registradas durante ese periodo.

Empezando por los afectados, llama la atención que, de 9.537, 4.542 fueran menores. Casi la mitad. Entre ellos, los casos de mujeres ascienden hasta los 3.550, más de un 78%. Peor, si cabe, es la cantidad de delitos contra la libertad e indemnidad sexual que se cometen contra quienes tienen menos de 13 años, concretamente 2.201, representando casi un cuarto de los sufridos en total. Por otro lado, más del 86% de los damnificados son de nacionalidad española, lo que establece, como perfil más común de la víctima, el de una niña española de 0 a 17 años.

El perfil del autor y su relación con la víctima

Dentro de las cerca de 6.000 personas detenidas e investigadas por estos delitos en 2017, hubo un 96% de hombres. Porcentaje que se eleva hasta el 98% en el rango de edad comprendido entre los 14 y los 17 años, el cual supone más de un 7% del total. Sin embargo, el grupo más numeroso, protagonizando un tercio de los casos, lo componen sujetos de 41 a 64 años. En cuanto a la nacionalidad, un 70% fueron españoles.

Por su parte, no existía relación entre el hipotético delincuente y el damnificado, o simplemente no se pudo determinar, en más del 70% de las investigaciones. En el resto de situaciones, los acusados fueron familiares (12,5%), personas del mismo entorno (14,2%) o se produjeron dentro del ámbito de la pareja (2%).

Aunque los datos facilitados por el Gobierno no permiten delimitar las edades de los que actúan en contra de la libertad sexual de menores, de los resultados totales podemos extraer el perfil de un varón de 41 a 64 años, español, y sin una relación previa conocida con la víctima.

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Es importante, tras los delitos sexuales en menores, devolver al niño la confianza en sí mismo | Fuente: Pixabay

¿Qué recomiendan los expertos para frenar los delitos sexuales en menores?

Con este aterrador panorama social que empeora por momentos, se plantea la necesidad de pasar a la acción. Pero, ¿qué se puede hacer para minimizar estos crueles comportamientos? Desde su dilatada trayectoria como psicóloga clínica especializada en comunicación, autoestima, infancia y abuso sexual infantil, Margarita García Marqués nos desvela las principales claves.

Ante nuestras preguntas sobre qué seguimos haciendo mal y de qué maneras podríamos mejorar la situación, Margarita no tiene dudas. “Lo que está claro que estamos haciendo mal es no trabajar con la prevención y detección precoz. Si enseñáramos a los niños, desde los 3 o 4 años a respetar su cuerpo, a reconocerse, a validarse, a poner límites, a decir que no y a que sean conscientes de sus derechos, probablemente, cuando lleguen a los 14, van a ser capaces de hacerlo.

Nos equivocamos al querer resolver las cosas cuando el problema ya es grave, en vez de trabajar antes de que ocurra. Muchos de los abusos se producen entre los mismos adolescentes. Si, desde pequeños, van aprendiendo también a respetar los límites del otro, es muy probable que no se conviertan en abusadores o agresores”.

Tras el diagnóstico de la Fiscalía General del Estado, que relaciona el aumento de las agresiones en grupo entre menores con la pornografía online que cosifica a la mujer, manifiesta que, efectivamente, “una parte importante sí viene causada por este factor”. Además, nos cuenta que, en uno de los talleres que organiza ASPASI, los propios niños le enseñaron cómo buscarla, utilizando palabras que ni siquiera tienen mucho que ver, en un principio, con dicha temática.

“Incluso haciendo trabajos en Internet, se pueden topar fácilmente con este tipo de contenidos. Todo esto hace que se sexualicen mucho antes y que, en algunas ocasiones (según casos que ella misma ha tratado), quieran entrar en ese juego. Por tanto, sí, el fenómeno está relacionado con la pornografía. Pero, insisto, la más importante tiene que ver con la prevención. Si tenemos en casa una educación sexual sana, si lo trabajamos en los colegios, es muy probable que los niños no caigan en tales comportamientos”.

Por último, poniéndonos en la situación de unos padres que sospechan de un caso de abuso hacia su hijo, Margarita García Marqués nos indica el procedimiento que deberíamos seguir. “La denuncia, sin duda, es uno de los pasos para que esto deje de ocurrir. Pero, para mí, ni siquiera es el primero. Vuelvo otra vez a la prevención. Por ejemplo, me he encontrado con casos de varias adolescentes que piensan que lo normal es hacer lo que el chico quiera, tras ver vídeos en los que un hombre abusa de una mujer.

Cuando el delito ya ha ocurrido, es importante trabajar con ese niño, acudiendo a un psicólogo especializado en abusos, y que este pueda ayudarlo. Primero, a sacar todo el dolor, la rabia, la indefensión y la impotencia. Y, a partir de ahí, se podrá volver a fomentar su autoestima y su confianza en sí mismo, así como a enseñarlo a respetarse y a reconocer los límites. Trabajar psicológicamente es muy importante”.