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Psicología y salud mental

10 Claves para disfrutar de una buena relación de pareja después de tener hijos

Mantener una buena relación de pareja después de tener hijos
Fuente: Canva
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 03.02.17

Que un hijo te cambia la vida es algo que todos sabemos, una afirmación que va más allá de una simple frase hecha y que tiene un significado profundo e íntimo, no solo en el plano personal, sino también en tu parte emocional y afectiva. Por eso nos parece interesante reflexionar aquí sobre aquellos aspectos que se deben cuidar para mantener una buena relación de pareja después de tener hijos.

Los trances más peliagudos

“La convivencia y la llegada de los hijos son dos de las etapas de crisis identificadas en la trayectoria de toda pareja”, afirma Helena Calvo, psicóloga especializada en relaciones sentimentales y personales. “La dificultad en encontrar momentos para el diálogo y la intimidad hace que los conflictos queden sin resolver y se acumulen, dejando espacio solo para el resentimiento y el reproche”.

Los conflictos comienzan, normalmente, “por el reparto de responsabilidades. Por lo general, la mujer considera que está más implicada en ellas y que al hombre le cuesta asumirlas o identificarlas, quizás porque no ve la necesidad de muchas de las demandas o tiene otra forma de llevarlas a cabo.”

La dificultad en encontrar momentos para el diálogo y la intimidad hace que los conflictos queden sin resolver y se acumulen, dejando espacio solo para el resentimiento y el reproche.”

Los factores de riesgo

Las preocupaciones, la falta de sueño y de tiempo, el aumento de las responsabilidades, la rutina y las diferencias de criterio en cuanto a la educación de los hijos son los principales factores que pueden hacer que acabemos descuidándonos a nosotros mismos y que ponen a prueba nuestra relación amorosa.

No son los únicos y, lo que resulta evidente en cualquier caso es que se trata de algo que sucede de manera más habitual de lo que parece en nuestra sociedad de hoy. “Se puede decir que en la mayor parte de los casos, porque un bebé necesita muchas cosas y todas se las demos nosotros. Esto implica pasar de pensar y dedicar tiempo solo a nosotros mismos y a nuestra pareja a dedicárselo a los hijos. Y ya sabemos que lo que no cuidamos se deteriora”.

Claves para disfrutar de una buena relación de pareja después de tener hijos

Para ayudarnos a poner remedio a esta situación, Helena Calvo nos ofrece una serie de consejos que debemos poner en práctica si queremos que la llegada de nuestros hijos no afecte a “la convivencia, a la comunicación, que se hace imposible, y a la disminución, o rebaja en la calidad, de las relaciones sexuales.”

1. Interés y esfuerzo por parte de ambos

Es el primer punto y también el más destacado de todos. Es fundamental “que ambos pongan intención, esfuerzo y disposición de ánimo, ya que sin ellos siempre encontraremos excusas y no motivos”. Además, recalca la necesidad de pararse a reflexionar: “A veces el día a día y la rutina nos aplastan y no nos paramos a tratar de organizarnos mejor, nos dedicamos a lo urgente, no a lo realmente importante. Puede que pasemos etapas en las que sea más complicado dedicarnos tiempo pero, si estamos coordinados y tenemos interés en encontrar tiempo para la pareja, se hará posible.”

2. Identificar las fuentes de conflictos y darles solución

Lo esencial es centrarse “en la solución del conflicto y no en el el conflicto en sí. Con empatía y comprensión, no sólo de lo que a mí me ocurre sino de lo que también le ocurre a la otra persona. Salir del ‘yo’ para comprender el ‘tú’.”

3. Reparto de responsabilidades equitativo

Llevarles a la escuela infantil, al pediatra, al colegio, a las extraescolares, a los cumpleaños o estar junto a ellos mientras hacen los deberes son quehaceres que ocupan gran parte del día de un padre o una madre y pueden llegar a ser muy estresantes, sobre todo si es solo uno de los dos quien se ocupa de todo o de casi todo. “El reparto de tareas es necesario para que se sienta una cierta equidad, para que nuestra mente ponga atención en los aspectos positivos —y por tanto en el deseo— de nuestra pareja en lugar de ponerlo en los reproches”.

4. Comenzar a cuidarse de nuevo

Otro aspecto básico es “dejar de ser padres y volverse a dar importancia a uno mismo. ¡No te descuides!” A veces nos olvidamos tanto que nos anulamos. Eres madre o padre, pero también persona. No dejes por el camino tus amistades de toda la vida o tus metas personales o profesionales. Es cierto que ya no dispones de tanto tiempo como antes, pero con esfuerzo y paciencia podemos seguir nuestro propio camino.

5. Comenzar a focalizar la atención en aspectos positivos

Un recurso que resulta muy efectivo consiste en realizar el ejercicio en común de “tener tres detalles semanales con la pareja“, lo que, sin duda, cada parte agradecerá. A lograr esto ayudará que nos esforcemos por “identificarmi parte de responsabilidad’ en los conflictos que hay en la relación y enfocar las quejas más en la solución que en la crítica. Por ejemplo, tendemos a culpar siempre al otro de ‘mi malestar’y a dejar a un lado sus aspectos positivos.

6. Hablar un mínimo de 20 minutos diarios

“No se trata de dejar de atender a los hijos, sino quizás de cambiar las rutinas y hacer que se vayan a dormir media hora antes para, al menos, disponer de esos 20 minutos para compartir con la otra persona y poder contarle cómo ha ido nuestro día y cómo nos encontramos.” En opinión de Helena Calvo, es muy recomendable hablar “sobre temas personales y/o de pareja, no de compromisos o de los niños. Hablar mucho de cómo nos sentimos, de nuestras emociones, facilita la empatía”.

7. Imponer rutinas saludables

Gestos que, a priori, pueden parecer sin trascendencia, como “no salir de casa sin despedirse con un beso, no llegar sin haber saludado del mismo modo ni irse a dormir sin haber dado un beso de buenas noches”, marcan una gran diferencia en nuestra relación.

8. Buscar mínimo tres horas a la semana de intimidad 

Encontrar al menos tres horas a la semana para disfrutar con nuestra pareja, sin niños, sin compromisos domésticos, en las que solo se hable de aspectos positivos y no de responsabilidades” es algo esencial. Este tiempo juntos nos sirve para crear “un espacio libre de obligaciones y que solo haya tiempo para reírse, contar inquietudes, redescubrirse.”

Porque además de ser padres, también somos pareja. No debemos olvidar esto si queremos seguir manteniendo una buena relación, tanto a en el plano emocional como sexual. Porque tener una vida sexual activa genera múltiples beneficios. Uno de ellos, y quizá de los más importantes, es que nos ayuda a romper barreras y a generar intimidad y complicidad con la otra persona, algo indispensable para que la convivencia funcione. “Puede haber sexo sin amor pero no amor sin sexo.”

Mantener la relación de pareja después de tener hijos
Ambas partes deben esforzarse por mantener viva la ilusión | Fuente : Canva

9. Reinventarse cada día

Ser padre o madre es un trabajo a tiempo completo que ocupa todas las horas de nuestro día y el no tener una parcela reservada para los dos puede ser muy perjudicial para la intimidad de ambos. Una buena manera de reforzar lazos y vínculos es hacer viajes o escapadas los dos solos, sin los niños, para desconectar en la medida de lo posible de todos los problemas de casa y revivir vuestros años como pareja sin hijos, compañeros y amantes, en los que aún había espacio para las sorpresas. “Rutina y aventura son difíciles de unir, pero es necesario hacerlo para devolver la pasión.”

10. Atender al deseo y procurar que tu mente vuelva a erotizarse

“Es una cuestión de focalizar la atención en el deseo, con la ayuda de la otra persona. Hacer que nuestra mente no sólo esté en las obligaciones.” Este ‘trabajo’ de centrarnos no solo nos beneficiará a nosotros mismos, que también, por supuesto, sino que repercutirá en los niños. Como explica Helena Calvo, “debemos tener claro que somos modelos para nuestros hijos y para la forma en la que se relacionarán en el futuro. Por tanto, cuanto mejor sea el vínculo que tengamos con nuestra pareja, mejor serán los que establezcan nuestros hijos y más habilidades adquirirán.”

Un caso práctico

Muchos de nosotros podemos vernos reflejados en el siguiente caso práctico que pone sobre la mesa la psicóloga Helena Calvo. Porque quien más y quien menos tiene pensamientos que suelen rondar por su cabeza y terminan por distanciarnos de la persona a la que queremos:

1. Planteamiento

“No ayudas en casa ni con los niños nuncasolo piensas en tus cosas y no tienes en cuenta lo cansado (o cansada) que estoy, nunca me escuchas ni me comprendes, has cambiado, ya no eres como antes.”

Para que las relaciones funcionen tiene que haber una apertura mental y debemos ser constructivos.

2. Razonamientos interiores

Lo primero es identificar si mis acusaciones son del todo ciertas:

  • Quizás no es cierto que no ayude ‘nunca’, llega tarde de trabajar porque él o ella tiene más responsabilidad en traer dinero a casa. Es posible que cuando lo intenta le digo que mejor lo hago yo porque él o ella no sabe. Creo que no estoy siendo justo, la próxima vez le pediré que haga cosas concretas.
  • Es posible que tenga tendencia a pensar en sí mismo y le cueste ver mi cansancio, pero, si es así, le pediré que cuide a los niños o haga determinadas cosas cuando se den estas circunstancias de agotamiento. Por otra parte, no me sentiré mal por descansar y no cuidar a los niños en tales casos, porque así luego tendré más energía para atenderlos, así que será positivo para todos.
  • Es cierto que tengo la sensación de que mi pareja nunca me escucha, pero también es verdad que a veces grito y hablo mal, y le digo las cosas cuando va a salir a trabajar o cuando está llegando a casa. Quizás sea el motivo por el que no me escucha. A partir de ahora, cuando quiera hablar con él o ella, procuraré que nos sentemos y le explicaré asertivamente cómo me siento y qué me gustaría que hiciera.
  • Es verdad que ha cambiado, quizás yo también. Antes era detallista, tenía ilusión, proponía cosas, cuando llegaba a casa le sonreía y le daba un beso, mostraba entusiasmo por hacer planes juntos. Voy a buscar el restaurante donde cenamos por primera vez y voy a reservar este sábado para ir a cenar, le daré una sorpresa dejando a los niños unas horas con los abuelos. No me sentiré mal por ello porque mejorará nuestra relación y los niños empezarán a ver un modelo de pareja que deseo para ellos.

3. Conclusión

Con estas simples prácticas de hacer una introspección buscando la veracidad y la responsabilidad de lo que decimos y pensamos, así como siendo ejemplo de lo que esperamos recibir, la tensión en la pareja disminuirá y podrán comenzar a tejerse unos nuevos lazos acordes a la nueva situación que atraviesa”.