Proteger la naturaleza es algo que debemos enseñar desde la infancia. Como padres, tenemos que ser los primeros en dar ejemplo y lograr que nuestros hijos se conviertan en personas saludables y conscientes de sus acciones.
La educación ambiental está dirigida a formar valores, actitudes y comportamientos a favor del medio ambiente, por lo que es preciso intentar aplicar esta materia en muchos aspectos de la vida del niño y, también, de la nuestra.
Más allá de nuestros actos, es importante saber que el contacto directo con la naturaleza en la infancia es clave para el desarrollo de la personalidad de los niños
El cuidado del entorno es algo fundamental que debe empezar a inculcarse desde edades tempranas. Esto redundará en adultos más responsables en el futuro y con una mayor conciencia ecológica. No se trata de hablarles del cambio climático o de la extinción de ciertas especies, pero sí de enseñarles el respeto por la vida animal y vegetal, y de demostrarles las grandes sorpresas que se esconden en los bosques o en el mismo fondo del mar.
¿Qué podemos hacer?
Algunos de los hábitos básicos que debemos poner en práctica para proteger la naturaleza, y aportar nuestro pequeño granito de arena, así como ayudar a que la Tierra sea un lugar más sano y sostenible para todos, son:
1. Llevar un ‘consumo responsable’
Se trata de un concepto defendido por organizaciones ecológicas, sociales y políticas que consiste en cambiar los hábitos de consumo, ajustándolos a las necesidades reales de cada uno y optar por productos y servicios que favorezcan la conservación del medio ambiente. Cuida tu gasto de energía, agua y papel, ingiere alimentos orgánicos en la medida de lo posible e infórmate sobre el origen de los productos que compras para favorecer los que sean ecológicos.