Durante años, hemos conservado la imagen de lo que antiguamente era un zoo en nuestra cabeza. Lugares oscuros, con animales enjaulados que miran con ojos tristes. Pero por suerte, poco a poco esto va cambiando. Por supuesto, hay zoos y zoos. Algunos siguen estancados en aquellos años donde los animales malvivían, y desde luego no es buena idea llevar a nuestros hijos a uno de ellos.
Pero hay otros muchos que han decidido invertir y actualizar sus espacios. Podemos encontrar algunos que deben recorrerse en coche, y donde hay animales en semi-libertad, en espacios adaptados a su hábitat natural.
Un buen ejemplo de esto es el Parque de Cabárceno en Cantabria, donde es posible ver elefantes, osos y otras imponentes criaturas sin jaulas de por medio. Otros zoos utilizan la imaginación y la infraestructura de sus parques para que, pese a que los animales se encuentren en un recinto, no haya jaulas ni vallas que nos impidan sentirnos en armonía con el mundo animal.
¿Cuáles son los beneficios de llevar a los niños al zoo?
Llevar a los niños al zoo puede ser una experiencia inolvidable para ellos, sobre todo si hacemos la visita en una etapa temprana de su desarrollo. La vista puede aportarles múltiples beneficios. Por ejemplo, les ayudará a estimular su curiosidad y a hacernos todo tipo de preguntas acerca de los animales que irán viendo.
1. Curiosidad
Estimular la curiosidad de nuestros hijos es algo fundamental para su desarrollo. Sobre todo si son aún muy pequeños. Ir al zoo hará que su curiosidad despierte más que nunca. Y esta será nuestra oportunidad de educarlos, hablarles de los distintos hábitats que normalmente ocupan los animales que estamos viendo, explicarles las diferencias entre mamíferos, aves y reptiles, y un sinfín de datos más que nuestros pequeños absorberán con rapidez y deleite.
