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Alimentación en familia

Los beneficios de cocinar en familia y despertar el arte culinario en nuestros hijos

Arte culinario en familia: participiar en la cocina desde pequeños
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 22.04.20

La gastronomía es una manera de expresar los intereses de una familia y una oportunidad de compartir gustos comunes, aprendizaje y buenas charlas. Es una de las muchas actividades que se pueden hacer en casa y que, sin duda, mejora los vínculos que nos unen, no solo mientras trabajamos juntos en la cocina, sino a la hora de probar los platos en la mesa. Además, siempre es interesante aprender cosas nuevas y desarrollar otras habilidades, entre ellas, de la que aquí hablamos: el arte culinario.

Momentos juntos

Hay muchas opciones de pasar buenos ratos de ocio en casa con nuestros hijos e hijas. Desde los juegos de mesa más tradicionales hasta las tecnologías para jugar online. Leerles cuentos cuando son pequeños, hacer manualidades juntos, ver una película y, tirar de recetario y proponerles que participen en la elaboración de algún plato que les guste. Los expertos en nutrición proponen la cocina como una de las actividades más sencillas de integrar en la rutina del hogar y que más beneficios puede aportarnos en muchos aspectos. Despertar en ellos el interés por el arte culinario aportará, sin duda, mucha riqueza a su mundo.

Cocinar en familia y sus efectos positivos a nivel físico, mental y social

1. Bienestar social

Los niños desarrollan habilidades sociales junto con su familia al elaborar una receta, ya que trabajan la capacidad de comunicación. Tienen que saber comprender los pasos y traducirlos en acciones. Esto mejorará la confianza en ellos mismos, porque, aunque estén supervisados por un adulto, se sentirán orgullosos de su creación.

2. Diversión y buenos hábitos alimentarios

En segundo lugar, cocinando de una manera dinámica, pueden asociar esta tarea a algo divertido y entretenerse de una forma creativa. Además, si empleamos alimentos saludables, podremos lograr que los niños asocien esta buena experiencia con la comida sana. Esto, a largo plazo, garantizaría la adquisición de hábitos de nutrición que tendrán efectos positivos en su salud física.

3. Predisposición a probar nuevos platos

En tercer lugar, conocer más variedad de ingredientes y sus diferentes formas de cocinarlos aumenta su predisposición a probar nuevos alimentos hacia los que a veces se tornan más reacios. A la larga, y ayudando a los mayores de manera frecuente, serán conscientes de la cantidad de platos que pueden elaborar si combinan diferentes técnicas culinarias.

Repostería casera para fomentar el arte culinario en familia
Hacer que el trabajo en la cocina sea divertido es todo un aliciente para los niños | Fuente: Canva

La cocina, centro de aprendizaje del hogar

La naturaleza de la cocina les permite integrar conocimientos que los pequeños aprenden en el colegio.

1. Conceptos matemáticos

Puede ser una buena oportunidad para explicar conceptos matemáticos de manera práctica como, por ejemplo, las unidades de medida de cantidades de alimentos sólidos en gramos y de los líquidos en litros, centilitros o mililitros, así como realizar sumas y multiplicaciones.

2. Ciencias naturales

Por otro lado, los niños y las niñas pueden adquirir conocimientos propios de las ciencias naturales como los grupos de alimentos, los nutrientes o los cambios fisicoquímicos que se producen en las diferentes recetas de cocina básicas.

3. Idiomas

También pueden reforzar sus conocimientos en inglés si buscamos recetarios en ese idioma y aprendiendo variedad de nombres de alimentos en otras lenguas.

4. Medioambiente y logística

Favorece la adquisición de valores hacia los alimentos y su cadena de producción, lo que les ayuda a comprender el complejo proceso que existe entre el cultivo de un vegetal hasta su ingesta. Esto favorece que los niños los aprecien como el fruto de una larga cadena de trabajadores y sepan estimar la importancia de reducir el desperdicio alimentario.

5. Educación física

Además, preparar los ingredientes, elaborarlos, servirlos y recoger posteriormente la cocina supone una actividad que exige movimiento físico, lo que resulta mucho más beneficioso que estar sentado en el sillón viendo la tele, con la tablet o el móvil.

6. Arte 

Por último, la cocina puede ser un espacio para la educación artística. Un espacio de creación e innovación o, por el contrario, un lugar de reafirmación y transmisión de las tradiciones culinarias familiares. Es en las cocinas de cada casa donde se refleja y construye la cultura de una familia, donde se crea la ‘gastronomía familiar’. 

arte culinario en familia
Implicar a nuestros hijos e hijas en la preparación de las comidas ayuda a reforzar los vínculos | Fuente: Canva

El recetario familiar, una herencia inestimable

Compartir gustos, proponiendo el uso de los ingredientes preferidos de cada uno y fomentando el diálogo entre todos para llegar a un nuevo plato consensuado, puede dar lugar a una degustación estrella de la gastronomía de una casa. Es interesante generar, de este modo, recuerdos positivos de nuestro hogar de la infancia.

Elaborar un recetario familiar genera un apego emocional a ciertos ingredientes. Además, su peso en la adquisición de hábitos puede ser más valioso que cualquier recomendación dietética profesional.

Este recetario, sin duda, estará vinculado con la identidad particular de cada familia, y aprovechará las costumbres que, adaptadas a los tiempos que corren, suponen un ejercicio de innovación. Así, cada una se puede definir por su gusto hacia los sabores intensos o suaves; por el uso de alimentos coloridos o neutros; por la elaboración de platos sencillos o complejos.

En definitiva, la gastronomía expresa los intereses de una familia y muchas de las características que todos los miembros comparten entre ellos, lo que mejora los vínculos a través de las comidas. Explorar nuevos alimentos o formas de prepararlos supone un entrenamiento para generar nuevos platos variados.

Cuando vuestros hijos crezcan, valorarán como un tesoro el hecho de saber preparar las comidas que hacían sus madres y padres, o las que se preparaban en la casa de sus abuelos. Y, seguramente, se las trasmitirán a sus propios hijos y tratarán de inculcar también en ellos el amor por el arte culinario.

Lydia Serrano
Coordinadora en Madrid de Cómocomo School
Comocomoschool.com