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Debate: así discrepan padres y docentes sobre los regalos de fin de curso a los profesores

regalos a los profes
Sapos y Princesas
Sapos y Princesas
Fecha de actualización: 10.06.19

Se acerca el final del curso, una fecha deseada por algunos y temida por otros. Además de pensar en vacaciones, viajes y, tal vez, campamentos para los niños, llega el momento de enfrentarse a otros temas como los regalos por las buenas notas o el más polémico todavía regalo para los profes, algo que ya se ha convertido en un clásico de todos los tiempos.

El asunto trae cola, ya que no todos están de acuerdo en hacerlo, pero muchos se ven obligados a participar o lo ven como un compromiso. Incluso, por parte de los profesores, existen ciertas discrepancias. Hay quienes valoran mucho recibir algún detalle por parte de sus alumnos, pero hay centros donde el propio personal ha emitido circulares para terminar con esta “moda”, que no trae más que problemas.

En Sapos y Princesas hemos realizado una encuesta a través de nuestras redes sociales lanzando lo siguiente: ¿A favor o en contra de hacer un regalo o tener un detalle con los profes de tus hijos? Son muchos los padres que quieren tener un detalle con estos y por eso, les hemos preguntado directamente a ellos y también a los profes (la otra parte implicada). De los 2.675 participantes, un 66% ha afirmado estar de acuerdo con esta causa.

¿Qué está pagado y qué no en la labor de un profesor?

Para opiniones, los colores. Y es que hay muchos tipos de detalles, muchas formas de agradecer y otras tantas de tomarse este gesto como un compromiso o como algo que de verdad sale de uno mismo. De hecho, una de las ideas más compartidas es que “los docentes ya reciben su sueldo a final de mes y con eso valdría, ya que a los demás no nos dan obsequios por ir a trabajar”. Sin embargo, muchos de nosotros recibimos una cesta de Navidad o un bonus al final del año y es algo que está muy normalizado.

“A mí mis clientas no me dan un regalo porque vayan monísimas a un evento” afirma nuestra lectora Mónica Andrés, dedicada al mundo del estilismo. A lo que Isa Miñano responde “cuando me planteo hacer un detalle al profesor de mi hijo lo hago porque estoy agradecida de que le limpie los mocos cuando va sucio, que le recuerde, que se coja la chaqueta para no ponerse malo o le dé un beso cuando se ha caído. Por tantas cosas que hace mostrándole cariño de forma desinteresada. Le pagan para enseñarle conocimientos, pero no por lo demás. Me parece un reconocimiento hermoso, una manera de demostrar nuestra gratitud”. María Salvador añade que “es una muestra de gratitud por el trabajo bien hecho, los buenos profes no solo enseñan conceptos y esperan que los niños alcancen los objetivos propuestos, sino que se involucran en sus vidas, les apoyan a nivel personal, les muestran su cariño y afecto y eso no está incluido en el sueldo”.

Hacer un regalo para los profes en fin de curso ¿sí o no?

“A todos nos pagan por nuestro trabajo, es nuestra obligación, pero si un día viene un cliente con unos bombones, aunque le digas que no es necesario, que es tu trabajo, si se empeña, los coges y los compartes con los compañeros y estás ‘la mar de agradecido’. Es un reconocimiento al trabajo bien hecho”, cuenta Conchi Rubio. Para la profesora Globe Linafer “que alguien reconozca tu trabajo con un detalle, sea una nota, una flor o un abrazo, motiva a cualquiera y sobre todo si viene de niños que han sido ‘tuyos’ durante 10 meses y que quedarán en tu corazón para siempre. A mí me parece precioso siempre que no sea material y carísimo”.

Muchos participantes también coinciden en que el hecho de regalar o no, va en función del docente que hayan tenido sus hijos ese curso, así lo resalta Belén OM, “hay profesores que notas que se implican de verdad y otros que, en cambio, no. Así que el regalo depende del que toque y lo que se implique haciendo su trabajo”. Ester Gori se muestra a favor siempre y cuando ese profe le haya gustado, “si no, yo no participo. No voy a premiar a alguien que no ha hecho su trabajo bien”.

Regalar por “presión social”

A día de hoy, gracias al avance de las nuevas tecnologías, lo más común es que los padres de la clase tengan un (temido) grupo de WhatsApp para estar al día de todas las novedades relacionadas con el colegio de sus hijos. Por ello, lo más normal es que estos espacios sean el primer lugar donde se proponga la idea de “hacer un regalo”, se establezca el precio del mismo o se lancen propuestas sobre cuál sería el ideal y dónde comprarlo. En este caso, muchos se ven envueltos en el compromiso de participar, ya que, sin quererlo, se les involucra.

Para Matilde Ayala, “si se hace un regalo debe ser a nivel personal, pero nunca en grupo. Si algunos desean tener un detalle, es respetable, pero nunca debe ser una obligación de una clase entera. Muchos padres no quieren, pero por diferentes motivos, se sienten presionados y participan”. La polémica aumenta cuando los niños tienen el mismo profesor durante más de un curso: “A mí no me parece correcto hacer uno en común cada año a la misma profesora, sabiendo que van a tenerla durante al menos tres cursos. Yo participo por presión social, me ahorro discusiones”, añade Kali Ywap. Para Itziar Gómez, “tiene que nacer de uno. Hay docentes muy buenos, otros no tanto. Y algunos han sido muy positivos para algunos alumnos, pero no para otros. En los regalos grupales, puede resultar muy incómodo negarse. Y en el caso de hacerlo, no debe ser algo demasiado caro y tendría que ser apto para todos los bolsillos”. “Como futura profe diría ‘no’ a los regalos, a no ser que los hagan los niños con sus manitas por iniciativa propia y con todo su amor. Esos regalitos manuales los aceptaría de buen gusto, si fuesen cosas de otro tipo sería la primera en decir a los padres que no me los trajeran”, concluye Mari Peich.

Mejor si lo hacen los niños

Hay quienes sí están de acuerdo en hacer un regalo siempre que sea algo no muy caro o hecho a mano por los niños, pero hay veces que la elección se excede de presupuesto y las cantidades que se piden son algo desmesuradas.

María Dolores Hernández afirma que “un detalle le parece bien”, pero considera que “a veces se pasan. Me parece bien una agenda o un marcapáginas, pero no un reloj o un fin de semana de hotel”. Además, Rosi Gar piensa que “se ha convertido en una competición entre clases, por eso le quita el valor al verdadero regalo”.

La mayoría, padres y profes, apuesta por un recuerdo personal realizado por los propios niños. “Creo que cada alumno puede dejarle alguna nota, mensajes en un mural, al final lo material no es tan valioso como unas palabras bonitas o graciosas que puedas recordar siempre”, afirma María Carmona. “Nosotros vamos a hacerle un regalo a la maestra de infantil al terminar el ciclo (lleva con nuestros niños 3 años) y son dibujos, fotos y dedicatorias de los niños, encuadernadas (2 euros por familia). No en todos los sitios se hacen las mismas cosas”, cuenta Raquel Pelayo. “Ojalá a todos nos regalaran algo de vez en cuando, algo emotivo, no tanto material. Yo tengo la suerte de ser maestra y me encantan los regalos tipo manitas, libros hechos por ellos, de recuerdos, una pulsera de plata preciosa con sus nombres a mano. Además, también lo hago con los profes de mi niña. El regalo es lo de menos, lo bonito es que piensen en ti”, concluye Globe Linafer.

Tengamos la opinión que tengamos respecto al regalo para los profes, es muy importante respetar, en cualquier caso, los pensamientos de los demás. Ya que cada padre puede tener una percepción diferente del tema y hay quienes lo seguirán viendo como un pequeño gesto de agradecimiento, como un gasto innecesario o como un compromiso.